Testimonios

Cómo trabajo

Sé por propia experiencia que en ocasiones cuesta confiar en alguien que no hemos visto en persona.

En este apartado están las experiencias de algunas familias a las que he acompañado, sea en consultas de lactancia, sea en la preparación al parto o en consulta de crianza– y de algunas de las alumnas de mis cursos, especialmente el curso online de Asesora de Lactancia Materna.

Te animo a que leas estos testimonios para que me puedas conocer un poquito más. Te advierto de que no he editado ni los textos, ni las imágenes. Es todo tal cual me lo mandaron. Me parece lo más honesto. 

Espero que te emociones al leerlos tanto como yo porque cada uno de ellos es un regalo para mi. 

Con cada experiencia he aprendido, me he emocionado, he descubierto un mundo de posibilidades.

Ha sido un honor y un privilegio para mí poder acompañarte.

Testimonios de…

Acompañamiento en la Lactancia

Mi nombre es Mamen, soy mamá de una niña de casi 5 añitos, y un bebé de 13 meses. Mi experiencia con la lactancia empezó con Alejandra, durante su embarazo la verdad es que no me preocupé de informarme sobre la lactancia, de leer… Sí que lo hice sobre el embarazo y postparto, pero no sé por qué, no lo hice sobre la lactancia. Quizá pensaba por aquel entonces, que al ser lo natural todo fluiría de forma natural; mi niña nacería, se agarraría al pecho y ¡a mamar se ha dicho! 

Y cómo me equivoqué. 

Veinticuatro horas después de haber tenido a Alejandra, mis pezones ya estaban sufriendo, ellos y yo, claro. En el hospital me decían que todo iba bien, yo quería que funcionase, pero algo no funcionaba. 

Y nos fuimos a casa, y seguía sin ir bien. Tenía muchísimo dolor, cada vez que me la ponía al pecho era un llanto asegurado, probé pezoneras, llevar las tetas al aire por la casa, cazoletas de ventilación ( o como quiera que se llame)…un amiga me decía que eso era normal, que había que pasarlo; pero yo no podía soportarlo. Alejandra perdió peso, me rechazaba un pecho (olía fatal), así que a los 12 días de desesperación le di un biberón a mi niña que se tomó como una fiera y se acabaron los llantos, los de mi niña y los míos. 

Con el paso del tiempo, a través de facebook encontré un post de una amiga de la infancia y adolescencia, no recuerdo muy bien de qué trataba, pero sí que vi la luz con ella, de hecho en ese mismo momento le escribí un correo; resulta que mi Amiga Sara  Asesora en lactancia, y mami de 5 preciosas niñas (ahora ya 6), ah y enfermera (total nada). 

Y comenzamos a hablar de nuevo, y me contó porque se había formado como Acompañante en la maternidad y asesora en lactancia, y le conté mi caso..¡¡¡Ojalá hubiese leído eso antes de tener a mi niña!!! Pero bueno, lo que sí me quedó claro es que si volvía a ser mamá allí estaría Sara para poder aferrarme a ella y conseguir una lactancia materna feliz. Porque tenía claro que lo iba a conseguir. Y me quedé embarazada, y fue un embarazo genial. Por supuesto desde que supe que estaba embarazada avisé a mi amiga para que me diera toda la información y alguna más.

Y cuando se acercaba el momento entonces me dijo: “Mamen, ven, tienes que venir para que hablemos. Y si puedes trae a Alex”. Eso lo veía yo mas complicado, yo voy donde haga falta, pero que el papi me acompañe…Pues se lo dije y oye, no tuve que hacer mucha fuerza, con lo que los dos nos fuimos a ver a Sara. Es de las mejores cosas que he hecho, esa vista es un punto de inflexión para prepararte para el momento del parto y para un buen comienzo de la lactancia. Porque tienes información de lo que va a pasarte, porque te da las herramientas que necesitas, porque el papá/pareja escucha toda esa información y sabe por lo que vas a pasar y sabrá cómo ayudarte y apoyarte. Cuánto lloré esa mañana, nunca la olvidaré. Sentados los dos cogidos de la mano y escuchando atentamente todas las recomendaciones y explicaciones que Sara nos daba…todo parecía tan fácil. Me quedó perfectamente claro como tenía que colocarme al peque para mamar, que al principio maman poco y muchas veces…. 

Y llegó el día del parto (maravilloso donde los haya, rápido y con poco dolor), y llegó Daniel. Y lo recuerdo y no puedo dejar de emocionarme ( adoro ser madre, y tengo la suerte de tener dos niños increíblemente especiales…claro, como todas, jajaja). 

Y lo dejamos piel con piel, que buscase el pezón… y se engancho al pecho (me lo colocaron), y con el paso de las horas otra vez algo no iba bien, tomas interminables, una hora en cada pecho, y de nuevo dolor, ¡pero si yo lo hacía todo bien!, cabeza en antebrazo, ombligo con ombligo, rozar con el pezón la nariz, y cuando abra la boca…catapún a la teta. Pero no funcionaba, otra vez deformidad del pezón…y lo decía, pero no me hacían caso, o me lo hacían pero no sabían ver el problema (así de duro es), y ella siempre al otro lado del teléfono, y resulta que Dani tenía frenillo, nos derivó la matrona, nos vieron y se lo cortaron y comenzamos otra vez de cero. ¡Qué duro es! Y estuve a punto de rendirme de nuevo. Entonces volvimos a ver a Sara, todo lo hace tan fácil….. “Prueba esta postura o esta otra y ya verás, lo haces muy bien, eres una mami genial” “¿Y las cacas? ¿ y los pipis?, ¿ves? Lo estás haciendo de maravilla!” 

Y consiguió convertirme en una madre empoderada, convencida de que podría conseguirlo. Y lo conseguí. ¡¡¡Lo conseguimos!!! 

Y aquí seguimos, 13 meses de Lactancia Materna maravillosa, feliz, placentera… Ha sido duro, no lo neguemos, pero mereció la pena, siempre merecerá la pena. En fin, esta es mi historia, la mía y la de Dani, la de los dos con Sara. 

Gracias siempre por todo, por estar siempre ahí cuando lo he necesitado, por contestar siempre al teléfono, por los ánimos, por los consejos…por todo. Qué importante es tener a quien recurrir, y saber siempre va a estar ahí. Desde luego tener un apoyo así cuando algo no va bien es un pilar fundamental 

Gracias siempre Sara, por ayudarnos con el mejor regalo de los regalos, una maravillosa lactancia.

Ésta es mi historia, la mía y la de Dani, la de los dos con Sara. 

He acompañado a Mamen con la lactancia de su segundo hijo, Dani

¡Si tener un hijo es un regalo, tener mellizos, doble regalo! Lo mismo pasa con la lactancia. Amamantar a un hijo es un privilegio, pero con mellizos, doble privilegio.

Mi marido y yo nos llevamos una sorpresa maravillosa cuando supimos que esperábamos dos bebés al mismo tiempo, así que empezamos a pensar en sus necesidades: carrito gemelar, coche más grande e incluso casa más grande, ya que eran nuestro sexto y séptimo hijo.

Lo primero que tuvimos claro fue que les daría lactancia materna si no surgía ningún problema. Para ello siempre  conté con la ayuda de Sara, pues aunque yo no era madre novata, surgieron diferentes dudas al tener que  dar pecho a dos bebés.

Sin ella hubiera sido muy difícil… La primera ley básica que me dio, ”a mayor succión, mayor producción”, me transmitió la seguridad y fortaleza necesarias para alimentar a mis mellizos.

Ahora ya tienen cinco meses, siguen con lactancia exclusiva y son dos niños sanos y preciosos.

Aprovecho la ocasión para agradecerle a Sara sus consejos, estar siempre pendiente de la evolución del peso de los nenes y darme un trato tan cariñoso. ¡Ha sido toda una lección de vida!

¡Gracias de todo corazón, Sara!

¡Si tener un hijo es un regalo, tener mellizos, doble regalo!

He acompañado a Carola con la lactancia de sus mellizos Eugenia y Jaime

Los inicios de nuestra lactancia fueron complejos con ingreso hospitalario por medio. Y se juntó con mucho cansancio, dolor y agarre erróneo. Afortunadamente el asesoramiento y acompañamiento de Sara hizo que aprendiéramos a mejorar el agarre con diferentes posturas adaptadas a nuestras necesidades y circunstancias. En pocos días todo mejoró gracias al extenso conocimiento y el apoyo que Sara nos ofrecía.

Actualmente lactar no es un acto que se aprenda de forma cultural. Difícilmente vemos a nuestras madres, hermanas o amigas amamantando como ocurre en otras culturas y es por ello que ser asesoradas y acompañadas por expertas como Sara, marca la diferencia en el proceso, convirtiéndose en nuestro caso en una lactancia feliz y de éxito. ¡Muchas gracias por este maravilloso regalo!

Gala y Aitana

Mi embarazo no fue un embarazo “normal” ya desde la semana 12 empezaron a darnos malas noticias, al parecer no todo iba bien con el bebé. 

Mi hijo presentaba una cardiopatía entre muchas otras cosas que al final resultaron ser todas parte de un Síndrome de Down. Por eso me derivaron a la Fe, por encontrarse allí la mejor unidad de neonatos y cardiología infantil. No pude dar a luz como me hubiera gustado, de forma pausada, respetada y lo más natural posible por nuestras circunstancias, pero me encantaba lo que mi amiga me contaba que estaba haciendo con Sara, se estaba preparando para  el parto con un método “hipnoparto” la verdad es que sonaba un poco raro, pero todo le que me contó era muy bonito.

Antes de dar a luz, mi amiga le habló a Sara de mí y Sara ya le dijo que me animara a darle el pecho aunque en el hospital seguro que me dirían que era casi imposible. La llamé y me animó muchísimo, me explicó que aunque el niño se quedara en incubadora y tuviera bajo tono muscular lo podría conseguir y me describió todos los beneficios que ello supondría. Me enseñó cómo estimularme con el sacaleches para producir mucha leche, me insistió en que pidiera la técnica canguro (yo quería, pero como estaba muy flojita y nadie lo hacía en el hospital ni me lo ofrecieron ni siquiera lo había pedido), y también me animó a que insistiera para que me lo dejaran poner al pecho. Así lo hice y, a pesar de que la mayoría de médicos eran reticentes porque decían que se fatigaba y le daban biberón, tuve la gran suerte de coincidir con alguna que otra auxiliar, que viéndolo tan agustito pegado a mi piel y que incluso buscaba me ayudaron a insistir para ponérmelo diciendo que estarían atentas si bajaba la saturación. Mi hijo mejoró mucho más rápido de lo esperado y al final tomaba casi el doble con el pecho (aunque con mucha dificultad y paciencia) que la toma de biberón.

Finalmente nos dieron el alta, y Sara me ayudó a dejar los biberones y darle solo pecho. ¡Todo un reto! Me dio seguridad y nos enseñó a mi marido y a mí cómo colocármelo bien para que le fuera más fácil succionar, me ayudó a estar más tranquila y a comprenderme y le explicó a mi marido el proceso por el que estaba pasado, por lo que él me entendía mucho mejor y me apoyaba. Con paciencia y constantes consultas con Sara que siempre tenían la respuesta oportuna, contra todo pronóstico finalmente mi hijo tuvo una maravillosa lactancia materna, con mi mantita podía darle en cualquier sitio y fácilmente todo lo que mi bebé necesitaba para vivir, y esos momentos solo nuestros fueron maravillosos.

Contra todo pronóstico finalmente mi hijo tuvo una maravillosa lactancia materna.

He acompañado a María con la lactancia de su niño Juan Pablo con Síndrome de Down

Sara, cómo agradecerte todo el bien que nos has hecho!

A mí, por ayudarme en la crianza de mis hijos, no sólo a mis bebés que tenía que amamantar, también a mi marido y al resto de mis hijos que necesitan para estar bien, que su mujer y su madre esté feliz.

Por entonces era una madre feliz con cuatro hijos preciosos. Me quedé embarazada, de mellizas. Menuda bomba! A mi marido le costó meses reaccionar. Mis hijos encantados con la noticia. Y yo contenta pero asustada, sabía que no iba a ser fácil aún teniendo experiencia.

Desde el principio estuve acompañada, por supuesto y especialmente por mi marido, que pronto tuvo que ocuparse de mí y nuestros hijos durante mi reposo, y también por Sara que como mujer podía comprender muy bien como me sentía y que derrochó su sabiduría y experiencia conmigo.

Con el paso del tiempo lo veo más claro, Sara me acompañó, me guió, se alentó, me instruyó, me consoló, me animó, me dio mucha seguridad durante el embarazo y la crianza. Yo sabía que ella estaba allí para todo. Me animó en un duro verano de reposo absoluto por riesgo de parto prematuro. Me animó a continuar contenta día tras día, inmóvil en mi cama, sabiendo que era lo mejor para mis hijas, que cada día era un maravilloso regalo para ellas. Hubieron momentos difíciles, sustos, varias idas y venidas al hospital, pero aguantamos hasta la semana treinta y tres. Por fin estaban con nosotros! Dios nos cuidó muchísimo y todo fue muy bien, eran dos bebitas prematuras muy sanas. Se quedaron ingresadas en cuidados intermedios por su bajo peso, 2.200 y 1.500 g y su inmadurez, pero estaban muy bien. 

Sin embargo lo “divertido” acababa de empezar. Yo estaba recuperándome de la cesárea y de tres meses de reposo y las niñas ingresadas. Eso sí, yo sabía muy bien lo que tenía que hacer, Sara me lo había explicado con precisión, me había “preparado” para este tiempo. Así que en cuanto pude fui a sacarme leche para mis niñas. Puse en práctica el método canguro y pasé todo el tiempo que pude con ellas. A la semana me dieron el alta, me sacaba la leche en casa y me iba al hospital todos los días, durante una quincena más o menos, hasta que les dieron el alta a ellas. Todos en casa las esperábamos con gran ilusión. Fue un tiempo muy intenso, Sara me corrigió y enseñó posturas, estuvo allí para mis dudas e inquietudes, me enseñó a ir paso tras paso, fueron tantas cosas. Eran niñas aún prematuras, a las que les costaba succionar, hacían tomas de biberón con la leche que me extraía, que fuimos sustituyendo poco a poco, hasta que por fin la lactancia exclusiva al pecho, estuvo bien establecida. Tiempo de mucho cansancio para mí y mi marido, pero también de mucha satisfacción por dar lo mejor de nosotros mismos a nuestras hijas, a nuestros seis hijos. Y todo gracias al apoyo fundamental de Sara, que me ayudó a sacar lo mejor de mí como madre.

Gracias Sara.

“Lo “divertido” acababa de empezar [cuando llegamos a casa con las mellizas]”.

He acompañado a Laura con la lactancia de sus mellizas Isabel e Inés que eran su quinta y su sexta hija

Gracias y más gracias, siempre estaré agradecida. Gracias a Sara por su asesoramiento en la lactancia he podido dar de pecho a mi segundo hijo, cuando ya creía que no iba a poder ser.

Me hablaron de ella en un momento que ya no sabía qué hacer, porque ni mi matrona ni el pediatra me supieron dar solución al problema. Fue un regalo muy grande conocerla.

Me ayudó muchísimo, me dio confianza en mí misma y mucho ánimo para seguir adelante. Comprobamos que yo no tenía ningún problema y que producía suficiente leche, el problema era el frenillo lingual de mi bebé. Me dijo donde tenía que acudir, y me fue guiando y orientando paso a paso. Sus palabras me dieron mucha esperanza, me dijo que si yo quería dar de pecho a mi hijo lo iba a conseguir.

Gracias a Sara, a sus consultas, a su acompañamiento, a su gran conocimiento y experiencia en este mundo, y a su gran apoyo, he podido conseguir mi gran deseo que tenía como madre, dar de pecho a mi bebé.

Lucía

Tras una primera lactancia fallida,con el nacimiento de Celia, mi segunda hija, todo indicaba que iba a tener el mismo final. Gracias a que me recomendaron a Sara fue exitosa. 

Con sus conocimientos, que fueron la clave para que funcionase y su apoyo sin juzgar lo conseguimos, pudiendo lactar 22 meses.

Desde luego todo un acierto. 

Gracias Sara.

“Con sus conocimientos, que fueron la clave para que funcionase y su apoyo sin juzgar lo conseguimos”.

He acompañado a Juana con la lactancia de su hija Celia

Hola soy María, madre de 6 hijos preciosos de los cuales doy gracias a Dios todos los días.

Os quiero contar mi experiencia maravillosa con Sara.

Yo soy una persona miedosa y que tengo “horror” a los hospitales. Pero cuando estás embarazada tienes que pasar varias veces por médicos y por el hospital, pues es necesario para llevar un seguimiento y dar a luz a tu hijo.

Hasta mi cuarta hija yo no conocí a Sara. Tuve a mis 4 primeros hijos, gracias a Dios, por parto natural y sin problemas. Sin embargo, cada parto, aunque soy cristiana y me he sentido acompañada por Dios, no dejaba de ser un mal rato en el que te sientes sola, insegura, llena de miedos. ¡Nadie te explica nada! Y no te tienen en cuenta. Hacen su trabajo y ya está.

Después de tener a mis 4 hijos tuve una depresión postparto en la que solo sentía ganas de llorar. Todo se me hacía un mundo. Yo he amamantado a todos mis hijos. Hasta mi cuarta hija la lactancia no me fue mal pero lo hacía porque sabía que era lo mejor para ellos; sin embargo, no podía disfrutar pues me preocupaba que no engordasen suficiente, etc …Tenía dudas de dejarlo muchas veces, y solo logré darles de mamar hasta los 4 meses. Entonces apareció Sara, en esta situación que os he comentado, con la depresión postparto, insegura con la lactancia…Recuerdo estar con mi hija María intentando amamantarla; ella estaba muy inquieta, yo paseaba con la niña en brazos mientras la agitaba; no conseguía darle de mamar y Sara me vio y me dijo: siéntate, me colocó a la niña en una postura que la niña empezó a succionar sacando más leche que nunca y yo sin hacer nada. ¡No me lo podía creer!. Desde ahí no he dejado de hablar con ella y me ha llevado todas mis lactancias.

He podido disfrutar de la lactancia, sin ninguna duda de nada, pues Sara con muchísima paciencia y cariño me lo ha explicado todo. Me ha dado libros sobre lactancia para estar informada, ha respondido a todas mis dudas e inquietudes. A mi hija María le di de mamar hasta los dos años. Sara cambió totalmente mi relación con mi hija pues al disfrutar amamantando a tu bebé aumentas la seguridad y la relación afectiva con tu hijo. Te sientes muy feliz.

Después de María nacieron Teresa y Juan, a los cuales también amamanté pero esta vez sin ningún miedo y disfrutando todo el tiempo, gracias a Sara. A Teresa le di de mamar dos años y a Juan tres años.  

¡Gracias Sara por enseñarme los secretos de la lactancia pues ha sido un tiempo precioso!.

María, con María, Teresa & Juan (Acompañamiento en las lactancias)

Mi hijo Diego apenas tiene 1 mes y me considero muy afortunada por cómo ha sido el inicio de mi maternidad: embarazo sin molestias, practicando natación hasta el final, parto natural corto y con poco dolor, piel con piel y enganche al pecho nada más nacer… tras el parto, no me planteaba que nada pudiera salir mal después de haber pasado lo que yo pensaba que era lo más duro. 

Me había informado muchísimo sobre el embarazo, parto y postparto, pero ahora me doy cuenta que muy poco sobre lactancia materna. Desde el principio tenía claro que esa era mi elección, pero ingenua de mí, pensaba que sería fácil, que el bebé y yo poseemos el instinto y que sería ponerlo y mamar. 

Y no fue así: el bebé nació con 37 semanas, con el frenillo un poco corto, y algo aletargado; yo con cero preparación real sobre lactancia y habiendo recibido información contradictoria en el hospital y de mi entorno. El resultado: para el bebé fue pérdida de peso, deshidratación e hipoglucemia. Para mí, fue ansiedad, tristeza y pérdida de seguridad en mí misma. Tuve que darle refuerzo de biberón con leche artificial, lo que hizo que mi hijo ya no quisiese mamar, (porque prefería dormir y recibir la leche del biberón sin mucho esfuerzo) y que confundiese el pezón con la tetina.

Llamé a Sara bastante desesperada, después de leer su web y los testimonios de madres en situaciones parecidas. Me dio cita el mismo día a última hora para que no pasase un día más sin alimentarse de leche materna y con biberón. Tras escucharnos con atención y revisar al bebé, me dio unas indicaciones y me ayudó a poner el bebé a mamar con un agarre correcto. El agarre fue casi instantáneo. Lloré de felicidad. Sara no pudo ser más amable, dándonos consejos e indicaciones para conseguir la lactancia materna. ¡Yo había estado a punto de rendirme!

Necesité una segunda visita para afianzar mi técnica y para conseguir un buen agarre. Pero no fueron solo las visitas a su consulta lo que hizo que consiguiera instaurar la lactancia materna, fue el seguimiento que hace a través de móvil, animándome, dándome consejos e información y mucha visión positiva, que en esos momentos me hacía mucha falta para recuperar la confianza y seguridad.

Ahora que disfruto con mi bebé de la lactancia, que lo veo con energía y cogiendo peso, me doy cuenta de cuánto hacen falta personas profesionales como Sara y cuan importante es su trabajo, ahora entiendo como hace unos años tantísimas madres renunciaban a la lactancia materna. Espero que mi experiencia sirva de apoyo para otras madres: no abandoneis, dejaos asesorar por Sara y con paciencia y actitud positiva podréis conseguirlo”.

He acompañado a Esther con la lactancia de su primer hijo, Diego, que nació a las 37 semanas con el frenillo corto

Casi ha pasado un año de cuando vimos la primera vez en la consulta, buscando ayuda. Un año maravillosamente hermoso y al principio duro…un año en el que he dado pecho a mi Milly y aun sigo…disfrutando mucho!

Me recomendó tu contacto una amiga y no dudé en llamarte; estaba super convencida desde todo el embarazo de dar pecho a mi bebé y creia que fuera más facil de lo que me encontré los primeros días…sobretodo cuando, aguantando dolor y horas y horas de tetas, Milly perdía peso y no crecía. Ahí la mayoría de las personas a mi cercana, no me apoyaron mucho y ya estaban empujando para que abandonara y pasara a la leche formula. Todo el mundo con los mismos temas de : quizás tu leche no es buena…o no es suficiente para que crezca …o no te sale…etc. Comentarios que sin duda no ayudan a las new-mami, verdad?

Menos mal tenia a mi marido apoyándome y confiando en mi y en mi instinto y voluntad…y así contactamos a Sara para pedir ayuda.

Desde la primera media hora pasada con Sara, se abrió un nuevo mundo…y no era un mundo de sufrimiento y dolor de las tetas…sino algo natural y de placer/disfrute. Dar teta no tenia que ser doloroso y resulta que con un poco de ayuda, esto ha sido posible y Milly ha empezado a crecer super bien y mirad! Ya mi leche era buena y suficiente para mi bebé !!!

Los primeros diás tuve que suplementar ya que Milly habia perdido mucho peso y poco a poco mi producción fué aumentando cada día más, para pronto ser el unico alimento para mi bebé. 

Ahora aquellas personas que no me apoyaron, reconocen que se equivocaron y que la mayoria lo hubieran dejado a la semana, por el esfuerzo que al principio requiere. Pero creo que con constancia, paciencia, muchissimo amor y la ayuda de Sara, ha sido posible y será posible para que muchas mujeres puedan disfrutar de la lactancia.

Son momentos unicos compartidos…

Milly y yo, el mirarnos a los ojos en aquellos momentos, crea un vinculo unico e inolvidables.

Gracias Sara , por todo!

Por hablarnos, por ayudarnos y por apoyarnos. No solo durante la consulta, sino también en los dias siguentes por teléfono…Me has dado mucha fuerza y confianza!

Milly te dá un beso enorme y te dá las gracias por habernos ayudado, pudiendo disfrutar de la buena leche y de los momentos compartidos con su mami Dora ?

Un abrazo

Dora, Milly y papi Rod

 “Milly y yo, el mirarnos a los ojos en aquellos momentos, crea un vínculo único e inolvidable”.

He acompañado a Dora con la lactancia de su niña Milly

Ya en el hospital le comentaba a las enfermeras que creía que el agarre no era bueno…soy madre primeriza, en realidad no sabía qué se tenía que sentir…pero sí tenía claro que no tenía que molestar y a mi, me picaba y me daban como pinchacitos.

Tuve un embarazo buenísimo, nada de nauseas, ni mareos ni molestias… 

Pude hacer deporte hasta la semana 39 (Olivia decidió nacer en la semana 39+3, tenía ganas de conocernos ya)

Leímos mucho durante el embarazo, queríamos un parto natural sin oxitocina ni epidural de por medio…y lo conseguimos. Fue un parto muy rápido, demasiado rápido!

Teníamos también claro que la teta sería su alimento todo el tiempo posible, pero… ay la teta, los quebraderos de cabeza que nos ha dado…

No sé cuántas enfermeras pasaron durante los 2 días de hospital, pero todas decían lo mismo, que la nena se agarraba bien…

No desistí y volví a hablar con el pediatra y otras enfermeras y todas seguían diciendo lo mismo,  que se agarraba bien.

Pero no, no era así. Por más que explicaba que tiraba y escupía (mientras mamaba) la mitad de la toma, que tenía que usar “trapos” para poner debajo y no ponernos las dos perdidas…nadie sabía ayudarme.

Los “trapos”, esa ha sido mi gran muralla…sabía que algo no iba bien. Los “trapos” casi pueden conmigo y con la lactancia. Mi muro … los “trapos” han hecho que nos perdamos tardes de café por no dar el espectáculo durante la toma, que nos perdamos mañanas de paseos por no querer darle fuera de casa, han hecho que nos perdamos muchas cosas en estas 7 semanas de vida.

Hasta que, después de una semana de lágrimas y de pensar que no podía más… Sara apareció en mi vida.

Le escribí un email escueto pidiéndole ayuda, hablamos y esa misma tarde estaba en casa para ver qué pasaba.

Me gustó poder vernos en casa, porque así me pudo corregir posturas en el sofá,  en la cama.. todo mucho más fácil y más personal.

Cuando la nena empezó a tomar sin “trapo”, sin escupir, se cogió perfectamente…casi lloro, por fin alguien me entendía y me estaba ayudando (se me llenan los ojos de lágrimas mientras escribo esto).

Necesitamos una segunda visita de Sara para terminar de ver las posiciones y posturas y desde entonces estamos trabajando porque todas las tomas sean igual de buenas.

Sara no sólo nos ayudó con esto…también me ayudó a darme cuenta que somos capaces de hacerlo, que la nena sabe y yo también, que hay que confiar.

No sabes lo agradecidas que estamos.

Te debemos el poder continuar con la lactancia, y sobre todo, poder continuar disfrutándola!!

“Sara no sólo nos ayudó con esto…también me ayudó a darme cuenta que somos capaces de hacerlo, que la nena sabe y yo también, que hay que confiar”.

He acompañado a Cristina con la lactancia de su hija Olivia

Contacté con Sara para hacerle una consulta de lactancia a los pocos días de tener a mi bebé. Tenía muchas ganas de dar el pecho y estuve a punto de tirar la toalla por grietas debidas a un mal agarre. A Sara le bastaron unos minutos para encontrar la causa del problema y a pesar de la consulta ser online me pudo ayudar perfectamente. Noté la mejoría directamente con sus consejos y al cabo de unos días las grietas habían desaparecido. 

Mi bebé tiene casi 3 meses y estoy disfrutando muchísimo de dar el pecho, eternamente agradecida Sara!

“Mi bebé tiene casi 3 meses y estoy disfrutando muchísimo de dar el pecho, eternamente agradecida Sara!”.

He acompañado a Marta con la lactancia de su hija Julia a través de una consulta online

Acudí a Sara tras el nacimiento de mi primer hijo para que me ayudara con la lactancia. Me enseñó diferentes posturas, cómo colocármelo por la noche y también a mi marido para que me ayudara, qué hacer cuando me sentía el pecho hinchado y bueno mil dudas que me fueron surgiendo durante este periodo, siempre estuvo ahí para ayudarme. También fue un apoyo enorme en este periodo de postparto de madre primeriza en el que estaba especialmente sensible, estuvo disponible en todo momento tanto para hablar por teléfono como para ir a verla cuando estaba más agobiada.

Desde el primer momento nos dimos cuenta que era una gran profesional porque al principio mi hijo no succionaba bien y esto me provocaba dolor, era simplemente un problema en el frenillo de la lengua que no supieron ver en el hospital y ella vio en el primer segundo en que miró al bebé. Nos derivó a la Unidad de Lactancia del Peset y desde que solucionaron ese problema con el frenillo el niño empezó a succionar perfectamente y pude darle una lactancia de un año. Estoy segura que sin Sara probablemente no hubiera llegado a darle ni una semana por este dolor que me provocaba al principio la succión.

Con mi segunda hija también acudí a ella y gracias a su ayuda he podido darle casi un año y medio de lactancia. Además, siempre que sentía dolor o pensaba que estaba succionando menos, por ejemplo en periodos de enfermedad, siguiendo sus consejos, nunca he tenido mastitis con ninguno de los dos.

Aunque ya no soy madre primeriza, si vuelvo a tener otro hijo acudiré a Sara para la preparación al parto. La verdad es que con el primero no lo pensé y con el segundo pensé que al ya haber dado a luz una vez estaba preparada, pero no. Así que tengo claro que me prepararé con ella porque confío en ella y me ha demostrado que es una gran profesional, además de ser una persona cercana que quiere lo mejor para ti y tu bebé.

“Tengo claro que me prepararé con ella [si vuelvo a ser madre] porque confío en ella y me ha demostrado que es una gran profesional, además de ser una persona cercana que quiere lo mejor para ti y tu bebé”.

He acompañado a Lucía y a su familia en la lactancia y en el postparto

Llegar a casa con una bebé de dos días, e iniciar la lactancia materna es toda una aventura. Aparecen los primeros problemas y preguntas y como padres primerizos te sientes un poco perdido sin saber qué hacer. Gracias a una amiga encontramos a nuestro ángel Sara que llegó en el momento justo: subida de leche, mal agarre, nervios, cansancio, estrés, y un largo etc. que se evaporó como por arte de magia gracias a su sesión online y a sus pautas directas, claras y amorosas. Todo un regalo. 

Qué bonito encontrar en este camino tan complejo personas que amen tanto su trabajo, que sean un super refuerzo positivo y te hagan sentir segura. 

¡Muy agradecidos, y contacto bien guardado! 

 “Qué bonito encontrar en este camino tan complejo personas que amen tanto su trabajo, que sean un super refuerzo positivo y te hagan sentir segura”.

He acompañado a Inma y a Jose con la lactancia de Jimena

Preparación Emocional al Parto

Sara es la persona más especial que he encontrado en mi camino. 

La conocí en un momento muy vulnerable de mi vida, recuerdo que estaba embarazada de mi segundo cachorro y tenía claro que no quería un parto como el anterior. Buscaba información en grupos a los que las dos pertenecemos sobre partos respetados y humanizados, no quería otra cesárea. 

Y una noche apareció ella, ofreciéndome eso que yo buscaba: respuesta a mis inquietudes, empoderamiento, empatía y sobre todo una lista de canciones para escuchar en el momento del parto “si quieres yo te paso la mía” me dijo. A partir de esa noche hicimos varias sesiones de hipnoparto para ayudarme a entrar en el planeta parto, para bailar al ritmo de las contracciones… me convenció de que podía parir, de que sabía parir, “estamos programados para parir” me decía.

Se convirtió en mi consejera, en mi acompañante de noches en vela cuando me aterraba volver a ese hospital donde tuve a mi primer hijo, incluso planeamos juntas la opción de hacer “turismo obstétrico” para conseguir mi ansiado PVDC [parto vaginal después de cesárea]. Juntas hicimos mi plan de parto. Y soñamos con ese parto respetado que tanto merecía para sanar mi herida anterior. Y así llegó el día que mi pequeño decidió llegar a este mundo. Al día siguiente me iba a Madrid, tenía en mente llegar a parir al HRJC [Hospital Universitario Rey Juan Carlos] donde todo sería mucho más respetuoso, pero no pudo ser, me quedé en mi casa, con mis contracciones, en mi planeta parto. 

Recuerdo que hablé con ella: Hugo está en camino, no llego a Madrid. “Estate tranquila, vas a dilatar en casa y vas a llegar con el niño casi fuera, lo vas a conseguir, yo estaré al otro lado del teléfono si me necesitas, recuerda que sabes parir, que puedes hacerlo”. Habló varias veces con mi pareja, todo fue muy rápido. Al llegar al hospital estaba en completa! Todo parecía ir según lo planeado pero mi miedo atroz a otra cesárea me bloqueó, se frenaron las contracciones, estaba desubicada, fuera de mi planeta parto y con un “hay sufrimiento fetal, vamos a hacer cesárea” se desvanecieron todas mis fuerzas y esperanzas. Después de eso vinieron 7 horas de separación lo que me llevaron a una depresión posparto de la que a día de hoy, 3 años después, aún me cuesta hablar. 

Los inicios de la lactancia fueron duros, sacaleches, corregir postura, dedo-jeringa… menos mal que estaba a mi lado e hicimos varias sesiones online para conseguir una lactancia exitosa que a día de hoy sigue.  

Sara ha sido mi paño de lágrimas, la persona que me ha ayudado a “que no se me haga bola” como dice muchas veces, alguien con quien puedes contar incondicionalmente.

Creo que ejerce un gran papel como acompañante en todo lo que conlleva la maternidad. La preparación al parto, el parto, la lactancia materna, incluso en la crianza en la que tiene una amplia experiencia siendo mami de 7! Ojalá te hubiese tenido más cerquita!

No puedo estar más que agradecida por haberte cruzado en mi camino, en nuestro camino. A veces las cosas no salen como planeamos, pero tenemos claro que si ha sido así por algo habrá sido. Gracias por tu eterna positividad para sobreponerte a la adversidad y enseñarme a superarme cada día.  

Eres como cuando sale el sol en un día de lluvia.

“Y una noche apareció ella, ofreciéndome eso que yo buscaba: respuesta a mis inquietudes, empoderamiento, empatía”.

He acompañado a Natalia en la preparación para la llegada de Hugo. Un privilegio.

Mi experiencia con Sara estoy segura que es de esas cosas que tienen que pasar, que están esperando ahí el momento indicado.

Estaba embarazada y quería saber todo, quería mi parto soñado en el agua, quería ser la protagonista, decidir todo y vivir el momento más especial de nuestra vida con tranquilidad, sobre todo no quería tener miedo, no me cuadraba esa imagen de las películas con la chica gritando… 

Había escuchado algo de hipnoparto y buscando la encontré. Estaba hablando en una nota que le habían hecho y me encantó, así que la llamé y concretamos cita.

Desde el momento de entrar a su espacio fue mágico, y con su dulzura y sabiduría nos encantó. Nos informó de todo lo que teníamos que saber, cosas que nadie te dice y son tan importantes! nos fue sacando cada duda, cada miedo, y nos ayudó a prepararnos para el gran día y así llegamos al parto, conociendo nuestros derechos, nuestro cuerpo y todo lo que sucedería, acompañados, protegidos, así nos sentimos gracias a Sara y fue perfecto, soñado.

Cada palabra suya me resonaba, como esas cosas que uno en el fondo sabe pero se fueron perdiendo en el tiempo. Es a día de hoy que ante cualquier duda recurrimos a ella, un mensaje, una visita y todo arreglado, siempre está ahí. 

 “Acompañados, protegidos, así nos sentimos gracias a Sara y fue perfecto, soñado. Cada palabra suya me resonaba, como esas cosas que uno en el fondo sabe pero se fueron perdiendo en el tiempo”.

He acompañado a Anahí y Juan Pablo en el embarazo y parto de León

Cuando mi embarazo estuvo avanzado quedé con Sara para hacer con ella unas sesiones de hipnoparto. La última sesión que hicimos fue algo mágico. Ella supo “buscarme la oxitocina”, cada vez que la escuchaba en casa, me volvía a emocionar. Durante el parto lo escuché varias veces y me ayudó muchísimo. Solo tenemos palabras de agradecimiento para Sara… el día del nacimiento de Lucas estuvo muy presente en nosotros y eso no lo olvidaremos nunca.

“Solo tenemos palabras de agradecimiento para Sara”.

He acompañado a Inés en el embarazo y parto de Lucas

¡Gracias que existe el método Naces!

He tenido el gran privilegio de poder asistir junto con mi marido a estas sesiones. No os podéis imaginar cómo me ha cambiado la forma de pensar, de sentir y de disfrutar mi embarazo. Cuando supe que estaba embarazada sentí una alegría inmensa pero al mismo tiempo tenía mucho miedo al parto. Cómo iba a ser, lo haría bien, sería capaz de aguantar el dolor, etc. Eran tantas las dudas que me surgían en la cabeza que me era imposible poder disfrutar del embarazo. Comenzamos a hacer las sesiones con Sara, y fue algo mágico.

Lo que más me asombró es la maravillosa conexión que se crea con tu bebé. La felicidad que sientes con cada pequeño movimiento, la tranquilidad de saber que todo está bien, la confianza en ti misma de que vas a lograrlo.. Nace en ti la necesidad de querer darle a tu bebe la mejor de las bienvenidas, y siendo consciente en todo momento del proceso. Y entonces es cuando te das cuenta de que esas inseguridades y miedos de los que os hablaba al principio han desaparecido como por arte de magia, solo que esa magia tiene nombre: Método Naces. Ya no recuerdas haber tenido miedo al parto, únicamente deseas parir y poder reencontrarte con tu bebé. Todo esto nos permite reaccionar con seguridad y confianza cuando llega el momento.

Confiad en vosotras mismas y en vuestros bebés. Y para conseguir esto Método NACES es un gran aliado.

Gracias.

“Eran tantas las dudas que me surgían en la cabeza que me era imposible poder disfrutar del embarazo. Comenzamos a hacer las sesiones con Sara, y fue algo mágico”.

He acompañado a María en la preparación para la llegada de Judith

Hace justo un año que nació mi hija Clara. Mi preciosa y simpática Clarita fue mi quinta cesárea. Por eso, cuando la veo mirándome y sonriendo de esa manera que ella tiene, no puedo dejar de pensar: “¡Gracias Señor! Este mundo no sería igual de bonito sin ella.”

Sin embargo – recuerdo perfectamente la mañana de ese 20 de noviembre, en una habitación del hospital, esperando que me bajasen a quirófano – la cesárea no se vaticinaba fácil. Era la quinta y, por tanto, podía haber problemas. Yo estaba muy nerviosa, tenía miedo a la anestesia regional – me da pánico el pinchazo en la columna.- Pero sobre todo, lo que más miedo me daba era lo inesperado, lo imprevisible.

Con esos pensamientos tan constructivos estaba yo, en compañía de mi marido, cuando llegó Sara, mi doula. Ella, sonriente, positiva y segura, consiguió disipar mi estado de nerviosismo y pesimismo. No tenía sentido perder ese tiempo pensando en lo que me daba miedo, cuando podía pensar en mi niña. Tenía que enfrentarme a la cesárea con cierta conformidad ya que, aunque no es agradable pasar por quirófano, la cesárea era el medio por el que había podido traer al mundo cuatro hijos.

Al cabo de un rato, casi sin percatarme, Sara desapareció unos minutos de la habitación. “Habrá querido dejarnos a mi marido y a mí un ratito a solas”- pensé yo. Pero, al poco, ¡apareció con el doctor que iba a operarme! me lo traía a la habitación para que lo viera antes de la cesárea y así estar más tranquila. Yo no podía creérmelo.

Por fin, después de los preparativos previos, vinieron las auxiliares y los celadores para bajarme. Ahí tuve que separarme de mi marido. Nos dimos un largo abrazo y me despedí llorando. Ese momento es duro. Para mí el peor, porque te sientes sola ante el peligro. Pero esta vez no fue tan trágico. Gracias a Dios estaba Sara a mi lado, mientras me bajaban en la camilla, animándome: “Venga Saray, ya te queda muy poquito para verla. Clarita tiene ganas de verte también”.

Me dejaron en la sala previa al quirófano y ahí estaba Sara mientras me ponían la vía, asegurándose de que me pusiesen la cánula adecuada, hablando amistosamente con las enfermeras, haciéndoles algunas preguntas técnicas y también desviando algún intento por parte de ellas de “regañarme” por estar ahí con cuatro cesáreas previas.

Así pasó una media hora rápidamente cuando, de sopetón, entró una enfermera para decir que ya estaba listo el quirófano y que volando para dentro. Entonces me entró todo el pánico del mundo junto. Empecé a temblar sin poder controlarlo; los celadores me colocaron en la camilla de operaciones donde muy amablemente el médico anestesista trató de tranquilizarme y me colocó en la posición para ponerme la raquis. Yo pensaba: “Madre mía, con este tembleque no sé cómo va a atinar”. Pero Sara estaba tranquila, increíblemente tranquila. Se puso a mi lado, le cogí fuerte la mano y cerré los ojos. Ella me hablaba; no sé bien lo que me decía porque estaba tan alterada que ni oía, pero consiguió que me concentrase en mi hija y cesó la tiritera. Cuando abrí los ojos ya me habían puesto la anestesia. ¡No había sido para tanto! Parecía que me la hubiese puesto un ángel. Así se lo dije por cierto al anestesista, quien sonrió por mi ocurrencia.

Ahora llegaba la hora de la verdad. “¿Has visto? Lo has hecho súper bien. Ahora sí que no te queda nada”- Me decía mi doula. Yo estaba emocionada y, aunque me habían vuelto los temblores, ya no importaba porque el tronco y las piernas no se movían y, además, era verdad lo que me decía Sara, ya me quedaba muy poco.

La operación en sí duró unos 30 minutos y, ese tiempo, Sara en todo momento apoyándome, explicándome cómo iba el asunto paso a paso. Fue impresionante cuando me dijo: “¡Ya se le ve, qué gordita!” justo antes de que el médico abriese el útero. Y después, cuando la sacaron, fue increíble. Las lágrimas corrían por mis mejillas de felicidad al ver por fin a mi hija. Era gordita y preciosa. ¡Y qué cara tan bonita!

Sara cortó el cordón, tomó a la niña en sus brazos y, conmovida también ella, me la puso encima. Yo le susurré las primeras palabras que oía en este mundo y le di sus primeros besos. No hay momentos más intensos y felices en la vida como el nacimiento de un hijo. Vale la pena todo el miedo e incertidumbre que pasas con tal de dar a luz una vida nueva.

Pero en este proceso, todo hay que decirlo, mi doula fue fundamental. Y no sólo en el momento del parto. También antes del mismo, me informó y me preparó para la lactancia ya que, aunque tenía ya cuatro hijos, no había sido capaz de darle el pecho a ninguno más de cuatro meses (mi récord hasta entonces), y con lactancia mixta. El resultado fue que pude dar pecho a mi hija hasta los diez meses. Algo impensable para mí. Diez meses en los que, a pesar de que mis hijos pasaron todo tipo de virus durante ese tiempo, ella no cogió ni un constipado. Por algo será…

En fin, no sé si voy a tener la suerte de tener más hijos pero, si así fuese, sé quién quiero que me acompañe en mi cesárea.

¡Gracias Sara!

Saray y Clara (Mi experiencia de Cesárea Acompañada)

Os quiero contar el parto de mi sexto hijo, Juan. Desde el primer momento no he estado sola pues Sara ha estado atenta todo el embarazo respondiéndome a todas mis preguntas sin mirar el reloj; me he sentido muy segura, tiene infinita paciencia y cariño hacia “sus mamás”.

Me preparé antes del parto con unas sesiones de hipnoparto que cambiaron toda mi mentalidad hacia el parto, pues en lugar de tener miedo a ese día tenía ganas de que llegara y poder disfrutar de ese momento. En vez de estar pensando en mis miedos me hizo enfocarlo todo en mi bebé, en deseos de ver a Juan y sentirlo en mis brazos. Sara, siempre segura y tranquila me decía “todo va a salir bien”.

Llegó el día del parto. La mañana del 25 de septiembre yo tenía contracciones rítmicas y constantes; entonces llamé a Sara. Ella se vino con mi marido y conmigo a casa. Solo su presencia me tranquilizaba. Su voz suave que me repetía ¡ánimo, María, pronto vamos a ver a Juan! Estuve tranquilísima con ella en casa pero llegó el temido momento de ir al hospital pues Sara vio que el parto avanzaba y debíamos irnos. Sin embargo todo fue diferente a otras veces pues ella hacía que estuviera tranquila incluso en el hospital. Con mucha tranquilidad y amabilidad habló con las matronas y consiguió una habitación con bañera y pelota para poder hacer el parto lo más natural posible. Allí estuvimos en una habitación de lujo con nuestra pelota, nuestra musiquita relajante, sin ningún miedo. Estábamos preparándonos para meterme en la bañera y justo entonces rompí aguas. Sara, tranquila y segura, como le caracteriza, llamó a la matrona, siempre abriendo el camino y haciéndolo fácil y agradable.

Parecía que Juan iba a salir ya pues empujaba y yo ya estaba dilatada del todo, pero Juan se había girado hacia los riñones y empujaba hacia atrás. En ese momento, sin ella, os aseguro que yo me hubiera derrumbado y muerto de miedo, sin embargo con Sara estaba tranquila y sin ningún miedo. Ella me dijo muchas posturas para facilitar la salida del bebé. Pese a las dificultades que se presentaban en ningún momento dudé y ella en ningún momento perdió la calma.

Llamaron al ginecólogo pues yo estaba totalmente dilatada y el bebe no giraba. Por cierto, un ginecólogo estupendo que confia en las mujeres y en los bebés y en sus capacidades para parir y para nacer. y además un experto en en girar a bebes… ¡justo lo que yo necesitaba en ese momento!.

Era momento de hacer algo pues el bebé tenía que salir ya. Me dijeron que en circunstancias normales eso era una cesárea pero el ginecólogo me dijo que si me parecía bien él intentaría girarlo para que fuese un parto vaginal. Yo me dejé llevar. Sara nos animó a mi y a mi marido a confiar y así lo hice. Fue el momento más complicado del parto pues si no lo giraba había que hacer una cesárea. Tenía a Sara a un lado y a mi marido al otro lado. En ese momento todos asustados pues era un momento clave y os digo la verdad ¡yo estaba muy tranquila y confiada! Esto fue posible gracias a la preparación al parto y eso es lo que me había enseñado ella.

¡Gracias a Dios, por fin, nació Juan! Con parto natural. ¡Un regalito del cielo vino a mis brazos, qué momento más precioso!, no se puede explicar con palabras.

¡Gracias por todo Sara! ¡Gracias por enseñarme tanto, por estar siempre a mi lado!

María, David y Juan

Mi experiencia con Sara es difícil de explicar, pues es muy personal e íntima, pero intentaré transmitir lo que ha supuesto este acompañamiento para mí.

Acudi a Sara en mi segundo embarazo, el primero había sido un embarazo fácil y un parto sencillo, pero en el que yo sentí que no se respetaba ni mi plan de parto, ni mis necesidades en el momento de parir. Pero no fue esto lo que me llevo a ella, sino un estado de ansiedad y hipocondria en el que me encontraba por haber sufrido varios abortos anteriormente. Y así empezó todo.

Empecé a trabajar mis miedos y angustias, empecé a poder hablarlos y pude ir apartándolos y dominándolos. El hipnoparto fue clave para ello, así como las charlas con Sara. 

Noté enseguida que era una persona preparada y formada, con muchísima experiencia, y eso me permitió depositar mi confianza en ella. Además de ayudarme con mis miedos presentes, descubrí una nueva manera de enfrentar mi segundo plan de parto.

Aprendí que es una cuestión de derechos y que hay que conocer bien todo el proceso para poder defender que contigo y con tu bebé se haga lo mejor, pues desgraciadamente no siempre es así, unas veces por ignorancia, otras por comodidad…pero de cualquier modo es importantísimo formarse en todos estos aspectos.

El segundo parto fue un regalo, sin epidural, en la intimidad total, y respetando los tiempos de mi cuerpo. Fue una experiencia increíble.

A pesar de eso, yo llevaba arrastrando problemas desde el embarazo y seguí necesitando su ayuda para levantar cabeza, pues ya se sabe que las hormonas y los primeros meses de cansancio pueden jugar malas pasadas.

Sara fue para mi un ángel, que me cuidó y me animó, dándome confianza. Sus consejos sobre crianza fueron también todo un descubrimiento! Casi me libro de los dichosos y tediosos triturados!

Tanta fue la ayuda recibida que con mi tercer hijo repetí y esta vez, que me pilló más fuerte, el parto fue irrepetible, pero tuve que pelearlo, porque como he dicho, no siempre te lo ponen fácil en el hospital. Pero yo ya iba preparadisima así que no pudieron conmigo! Volvió a ser íntimo, sin epidural, con la pelota durante las contracciones, lo que facilitó que todo fuera rápido y fácil.

El acompañamiento durante el embarazo, el parto y después de parir ha sido fundamental para mi.

Además de conocimientos y formación, como he dicho anteriormente, tiene intuición y vocación. 

También me ha ayudado con problemas muy variados sobre crianza, lactancia, porteo… creo que mis partos no hubiesen sido iguales y sobre todo no estaría viviendo una crianza tan feliz sin ella!

Gracias!

Acompañamiento a una mamá anónima

Tú que eres muy atrevido ¿jugarías una partida de Poker con los amigos sin haberte aprendido las reglas…? Pues eso, precisamente, me atreví a hacer yo.

Sí, mi mujer se puso de parto y yo no estaba preparado.

Te encuentras en la experiencia más apasionante de tu vida y cierto que lo vives o te lo hacen vivir sin saber que hacer, sin saber que decir e incluso sin saber, donde ponerte para no molestar.

Casi siempre pensamos que todo esto no va con nosotros, sentimos que somos simples figurantes y solo deseamos que para nosotros sea “una horita corta”.

Con nuestra segunda hija, Irene, todo cambió de manera radical. Apareció en nuestra vida Sara y con su sonrisa y cuatro charlas, enseguida nos envolvió en algo increíblemente emocionante, descubriendo toda una verdad. 

Sí, digo la verdad y emocionante, porque nos explicó que con este parto, podríamos vivir un viaje inimaginable, acompañando a nuestra hija, sabiendo en cada momento los tiempos y la dirección exacta, hasta la culminación de su nacimiento.

Y llegó el momento en el que Ana rompió aguas y al instante te das cuenta de que este parto va a ser diferente, ya no te sientes solo, angustiado, como que vas hacia el abismo. Es increíble llegar al hospital con la confianza, seguridad, fuerza y entereza como para poder y saber cuidar de tu mujer en un momento tan delicado de su vida.

Nos explicaba Sara en sus charlas tantas cosas que podían suceder, como lo del “Planeta parto”, cómo  recibir y aprender a soltar las contracciones, cómo  crear un momento tan íntimo y especial, entre gritos y dolor, para preparar el momento único del nacimiento de nuestra hija.

Con nuestro tercer embarazo volvimos a la consulta de Sara y enseguida nos situó o centró en el punto de partida hacia ese momento que es único.

Ana rompió aguas a la una de la madrugada, como siempre nos miramos, nos reímos y sentimos como apareció un amor que nos une de una manera muy especial, nos saca del miedo para ese trago que hay que pasar.

Llegamos al hospital, explicamos nuestro plan de parto, nos fuimos a nuestra habitación y entre contracción y contracción, nos vimos el concierto entero de Queen de 1985.

En el primer reconocimiento ya estábamos de cuatro centímetros y entre cuatro bachatas y algún baile más, nos pusimos ya de siete.

Es cierto que cada contracción te retuerce hasta el suelo, cada contracción te quiere tumbar. Es curioso que con cuatro nociones bien aprendidas es diferente, te levantas, adquieres una fuerza especial para ir completando ese puzzle de vida, pieza a pieza.

Ese puzzle pesó tres kilos, me enamoró como nunca de su mamá y se llama María.

He acompañado a Ana y a Javier varias veces. Un placer y un privilegio verlos crecer como familia

Al comenzar este viaje hacia mi segunda maternidad, afloraron todos los fantasmas de mi primer parto. Heridas que creía curadas y perdonadas.

Decidí que además de volver a hacerme madre este bebé iba a comenzar a enseñarme mucho antes de su nacimiento y que esta experiencia maternal no comenzaría en nuestro encuentro, sino mucho antes. 

No sabía dónde, ni cómo, pero sabía que iba a encontrar el camino y de esa manera circunstancial, me encontré con Sara en mi camino, en la sombra, disfrutaba de su poder de mujer sabia, de su energía matriarcal y fui, poco a poco entendiendo que ese era el camino. 

Me presenté y le pedí que me acompañara en este viaje, que me dejara abrirle mi corazón y mis sentimientos y me enseñara a canalizarlos, ella no lo dudó ni un momento y desde el minuto uno puso a mi disposición su sabiduría y energía. 

Me he empapado de todos los conocimientos que necesito a nivel físico y sanitario para esperar la llegada de mi hijo, he estudiado, leído y preguntado dudas, he reconocido mis errores y lo que es todavía mejor, mi capacidad para parir a mi hijo. Porque ella no es una acompañante a la maternidad más, ella es LA ACOMPAÑANTE! No sólo se basa en el empoderamiento, sino que su experiencia como madre y por supuesto como sanitaria, no deja nada al azar. 

A nivel emocional y con ayuda del método NACES, he conectado con mi cuerpo, he vivido mi parto de una y mil maneras diferentes, he hablado con mi hijo y sé cómo lo tenemos que hacer. Descubrir la carga genética que llevamos en el inconsciente me ha sorprendido de grata forma y me hace esperar el parto de una manera activa y positiva. 

Porque tengo la mente abierta, porque sé que sea como sea, va a ser la experiencia más bella de mi vida, porque se lo debo a mi primera hija y a mí misma, por todo eso y por mucho más, GRACIAS SARA!! Mi parto será el tuyo, por tu octavo parto, por el nuestro.

Raquel abrazando a su hijo. Luz, emoción y amor. Gracias por permitirme acompañaros

Durante los dos embarazos, tanto de Lucas como de Marco, Sara estuvo mes a mes ayudándome a quitarme miedos, bloqueos y sobre todo estimulándome a tener confianza en mí como mujer y en esa capacidad que tenemos para dar a luz así como confiar en la sabiduría de mis pequeños. 

Recuerdo cada sesión con mucho amor y mucha paz.

Para mí fue mágico poder conectar con mis hijos y trabajarme durante ambos embarazos, ya que todo fue bastante llevadero y sin complicación alguna.

Creo que gracias a la confianza recuperada y por la experiencia vivida, puedo decir que he podido conectar emocionalmente, tanto con Lucas y Marco siempre desde el amor incondicional y sobre todo me he dado cuenta, que los niños son unos pequeños maestros. Simplemente hay que confiar en ellos.

He escuchado muchas veces a Sara decir lo maravilloso que es dar a luz desde la tranquilidad, confianza y desde el amor hacia una misma y hacia su bebé. Y que la mujer está preparada para dar a luz. ¡Efectivamente que lo estamos! Di a luz a Marco de forma natural, porque las circunstancias se dieron así, ¡fue un momento mágico! Fue todo tan fácil y rápido. Ha sido una sensación de mujer empoderada.

“Recuerdo cada sesión con mucho amor y mucha paz. Para mí fue mágico poder conectar con mis hijos”.

He acompañado a Susana en su preparación emocional al parto de cada uno de sus pequeños

Consultas de Crianza

“Ser madre primeriza no es nada fácil”. Todas lo  hemos  escuchado cientos de veces pero cuando  llegas a casa con tu bebe y piensas ya nunca más  seremos dos y este angelito  depende de mi para siempre, entras en un estado de miedo, nervios, incertidumbre  que aquello que tuviste claro o incluso cualquier  libro leído  durante  el embarazo, queda pequeño.

Llenas de exigencias y ” no puedo hacerlo mal” junto a lo mucho que nos cuesta pedir ayuda, hacen que muchas veces no podamos  vivir  en plenitud  la maternidad. Así  llegué yo a la consulta de Sara, con mi bebé casi de un año  y exhausta sobre todo  anímicamente. Todo el mundo te dice lo que  tienes que hacer pero  Sara escuchó  y simplemente  dijo “lo estás  haciendo bien” y no perfecto, estáis criando con el corazón, dando la vida a través  de un apego muy especial.

En un entorno  muy acogedor poco a poco fueron resueltas nuestras dudas.

Que pena no haberte conocido antes…..jeje

Mi marido y yo  salimos descansados, y hasta más enamorados!!!!

Ser padres es el mejor  regalo que Dios nos ha concedido. 

He acompañado a Ana y a Javier varias veces. Un placer y un privilegio verlos crecer como familia

Me llamo Lucía, tengo 36 años y 3 hijos de 6, 3 y 2 años. Mi hijo mayor empezó a tener un comportamiento muy complicado cuando nació mi segunda hija, parecían celos y fue durísimo ver cómo reclamaba nuestra atención a todas horas y de una forma bastante horrible… no sabíamos cómo tratarlo, ni qué hacer para que no se sintiera mal etc.

Era una situación bastante frustrante y más con una recién nacida a la que atender… Nos hablaron de una experta en crianza y en lactancia materna llamada Sara y no dudamos en ir a su consulta.

Le contamos nuestra situación y ella nos escuchó muy atenta.

Al terminar de vomitarle todo y de sentirnos los peores padres del mundo nos dijo una frase que se nos quedó clavada en el corazón que fue “tranquilos, porque lo estáis haciendo muy bien”. Después de esto recuerdo que empecé a llorar porque creo que no me había sentido más reconfortada desde que fui madre. Nos dio unas pautas que nos sirvieron muchísimo y fue casi mágico ver cómo el niño empezó a mejorar en muchos aspectos y sobre todo a mejorar nuestra relación con él. 

Estamos enormemente agradecidos a Sara por su gran vocación, paciencia y cariño. Hablando con ella te sientes libre, puedes llorar, reír, hablarle de cualquier cosa y sobre todo yo me sentí tremendamente comprendida y no juzgada, que es una de las cosas que más echas de menos en la crianza, me mostró un apoyo increíble. También acudí a ella cuando nació mi hija Helena. Le di el pecho como hice con mi primer hijo pero algo no iba bien, no me hacía un buen agarre y tuve que usar pezoneras porque me hacía mucho daño. Me ayudó en la posición y en el agarre, tenía problemas en el frenillo y también se solucionó todo; y cuando ya pensaba que lo sabía todo nació mi tercer bebote y me salieron muchas grietas en los pezones, por lo que no dudé en volver a llamar a Sara. Vino al hospital, me ayudó y me escuchó como siempre y pude disfrutar de una lactancia feliz, algo tan importante para una mamá y su bebé.

Solo tengo palabras de agradecimiento y de amor hacia ella, es una gran persona y una excelente profesional.

“Nos dijo una frase que se nos quedó clavada en el corazón que fue “tranquilos, porque lo estáis haciendo muy bien”. Después de esto recuerdo que empecé a llorar porque creo que no me había sentido más reconfortada desde que fui madre”.

He acompañado a Lucía y a su familia en más de una ocasión. Un placer y un privilegio cada vez

Curso de Asesoras

Me llamo Sandra, y soy matrona. El mundo de la lactancia siempre me ha entusiasmado y, en mi experiencia, hay mucho camino que recorrer para poder obtener lactancias maternas satisfactorias. 

Decidí formarme como asesora de lactancia para poder brindar los cuidados que cada mujer que me encuentro en el camino necesite. Para poder detectar problemas y brindar soluciones reales para las necesidades que cada una tenemos. 

Sara ha dado en el clavo con el curso que ofrece. 

Desde que me formé con ella, le he escrito en un par de ocasiones por casos que me descuadraban, y siempre ha estado ahí. ¿Habrá mayor tranquilidad?

Sandra Fernández, matrona

Les recomiendo mucho este curso, lo terminé y a pesar que trabajo en este área, las herramientas y nuevos conocimientos me han sido de mucha utilidad, quiero seguir perteneciendo a esta gran comunidad y ser replicadora del arte de la asesoría en lactancia materna. ¡Gracias, Sara!

Carol Escobar

Nunca me había planteado siquiera el formarme para ser asesora de lactancia. No sabía cuánto me interesaría el tema hasta que tuve a mi hija. 

Cuando ella tenía un par de meses y después de haber peleado varios problemillas al inicio de la lactancia, Sara me informó sobre la posibilidad de hacer la formación.

Al yo no dedicarme profesionalmente a nada relacionado con la sanidad, pensé que a lo mejor no era un curso para mí. Al final decidí hacerlo aún así, y ahora me alegro mucho por ello. Los conocimientos adquiridos me han ayudado a tener una lactancia exitosa hasta el día de hoy y a evitar y solucionar a tiempo dificultades que fueron surgiendo con el tiempo.

En un principio no era mi intención utilizar los conocimientos para asesorar a otras madres, pero una vez realizado el curso esto también ha cambiado, y me encantaría poder acompañar a otras madres en este camino tan bonito que es la lactancia. 

Un abrazo!

Marta García Franco

Mi testimonio sobre el curso de lactancia que realicé hace un par de años con Sara es algo que escribo y que recordaré con mucho cariño porque fue muy bonito y positivo.

Hice el curso porque me lo recomendó ella ya que empecé a adentrarme en el maravilloso mundo de la lactancia materna y aparte tenía un bebé recién nacido con el cual quería ponerlo todo en práctica. Aprendí muchísimo y se me despejaron muchísimas dudas que tenía desde hacía  años, al igual que los falsos mitos sobre la lactancia que, por desgracia, seguimos creyendo y arrastrando. (yo que pensaba que me lo sabía casi todo). 

La estructura era fantástica porque había fotos, vídeos y era muy ameno y fácil de entender. Me sirvió muchísimo tanto para mí como para ayudar a bastantes amigas mamis en apuros. Los temas son variados y amenos.

Creo que este curso deberían de hacerlo todas las madres del mundo, porque aparte de aprender muchísimo te das cuenta de que una asesora de lactancia materna es una figura fundamental para que una lactancia se establezca de forma satisfactoria, entre otras muchas cosas.

Lo recomiendo absolutamente.

Lucía Ros

La verdad es que conociéndote esperaba un gran curso, algo muy completo, y cercano a la vez que profesional. Sin embargo.. me he encontrado más. La claridad, el lenguaje, lo concreto de los temas, lo completo que es, los distintos formatos:  en audio, power points, los temas por escrito, y el apoyo por whatsapp cuando he tenido alguna duda.. han hecho que esté muy contenta de haber dado el paso a reciclarme con este curso, que para mí (aunque creo que nunca dejaré de  estar en contínua formación) ha sido el curso definitivo. Gracias. 

Este curso me ha dado el empujón que necesitaba para retomar la asesoría a mamás, yo que creía que lo tenía todo olvidado, y me ha emocionado mucho. Me ha servido de reciclaje y para adquirir nuevos conocimientos. El formato es genial. Además de ser un curso súper completo, la IBCLC es accesible en todo momento y he tenido siempre respuesta rápida a cualquier duda. Lo recomiendo a toda futura asesora y a toda asesora que quiera reciclarse y coger aire de nuevo.

Eva Bonata

Mi nombre es Adriana y soy acompañante en biodescodificación.

Hace años que quería ser asesora en lactancia materna y finalmente me decidí.

No pude darle el pecho a mi hijo mayor por falta de conocimiento e información y siempre he querido poder dar herramientas a mujeres que estén pasando por la misma situación.

Elegí la formación con Maternidad Acompañada porque la información que se da en la página web me pareció muy clara y ordenada, sin adornos de relleno.

Una vez dentro del curso veo que es incluso mejor de lo que esperaba. Los temas están muy bien explicados, de forma ordenada clara y sencilla para que cualquier persona lo pueda entender aunque no se dedique a la sanidad. Pero con la seriedad de un curso profesional y con contenidos de alto nivel.

Sin duda lo recomiendo.

Adriana Colas Martinez

La encuentras en Instagram como @bandari_terapias_online

Mi nombre es Maribel Gutiérrez. Soy logopeda -trabajo como autónoma- y llegué a este curso, principalmente, por un interés profesional: entre otras áreas, atiendo niños con degluciones disfuncionales, malos hábitos alimenticios, etc. que cuestan corregir. Me gusta la proximidad que me brinda la consulta privada porque me permite mantener charlas muy interesantes tanto con los padres como con los niños y, con frecuencia, se crea un intercambio de información y se origina una confianza que facilita mucho el tratamiento, las pautas a seguir… El curso de asesora de lactancia me ha permitido llegar al origen de todo, al origen de los patrones de succión y deglución, y poder tratar las dificultades desde las primeras etapas.

Pero el Curso ha representado ir mucho más allá. Hace veinticinco años, cuando nació mi hijo mayor, yo era una joven e inexperta madre que sabía muy poco -por no decir nada- sobre lo que consistía la lactancia. La desinformación y la soledad en la que me hallaba me hicieron muy difícil poder dar el pecho, hasta el punto que se complicó con mastitis difíciles de gestionar. Abandoné. Abandoné por desinformación, por no tener una ayuda apropiada, por las complicaciones físicas y por el sufrimiento que teníamos todos, mi hijo, yo, y mi marido, que no sabía cómo ayudarnos. Tampoco recibimos ayuda de la familia.  

El Curso ha sido una oportunidad para mí, en doble sentido: formarme, ampliar mis conocimientos como logopeda, pero, principalmente, me ha dado motivación para ayudar a madres y padres en la lactancia materna, ya antes del nacimiento de sus bebés. Creo que la información y la prevención son primordiales para el éxito. Ay, si hubiera sabido entonces todo lo que sé ahora….

Yo no lo conseguí, pero me hace mucha ilusión poder ayudar a otras familias. Empoderarlas para que la experiencia -única en cada caso- sea lo más feliz posible.  

Sara nos lo ha puesto muy fácil: de una manera muy bien estructurada, amplia y cercana, nos ha dado a conocer lo más importante sobre la lactancia. El feedback ha sido continuo, no ha dado lugar a quedarse con dudas. Todos los temas son interesantísimos. Para mí, ha supuesto una revolución personal y profesional. Lo recomiendo muy sinceramente.

Maribel Gutiérrez, logopeda

Un curso muy completo para continuar la formación en lactancia materna. Aporta conocimientos e información imprescindibles para todo profesional que acompañe diadas mamá-bebé, y que muchas veces se desconocen. Muy completo y dinámico, aporta herramientas prácticas para poder realizar buenos acompañamientos.

Muy recomendable.

Paula Fernández

Hola, me llamo Miriam y soy matrona. Decidí hacer el curso de asesora para afianzar conceptos de lactancia y poder mejorar en mi ayuda a las mujeres.

La verdad que el curso de Sara es muy ameno y con conceptos muy claros, a la par que muy completo.

Además Sara siempre está disponible para responder dudas o ampliar temas.

Lo recomiendo 100%.

Miriam Roig

Soy Irene, mamá de Naira (3 años) y diplomada en enfermería.

Decidí realizar este curso de Asesora de lactancia para formarme y tener todos los conocimientos necesarios para poder ponerlos en prácticas con todas aquellas mamás que lo necesiten.

Es un curso muy completo y de fácil comprensión, ya que todos los conceptos están muy bien explicados. Os animo a tod@s a realizar el curso.

Irene Recuero

Soy Mar, mamá de dos niños.

Llegué al curso porque con mi segunda lactancia estaba teniendo problemas y necesité ayuda.

Así que después pensé en formarme y estoy disfrutando y aprendiendo muchísimo con el curso de lactancia!! 

Es una maravilla leer los temas, están super bien explicados y se entiende todo fenomenal a la primera!

Mar Soler

Soy Mamen, mamá de Alejandra (6 años) y Dani (3 años), y Enfermera.

Para mi la figura de la Asesora ha tenido un papel fundamental en mi camino de la Lactancia y la crianza.

Es por ello que decidí formarme como Asesora.

En el Curso de Asesoras de Lactancia de Maternidad Acompañada estoy encontrando toda la información necesaria para poder conseguir mi objetivo, así como un manual muy completo, práctico y de fácil comprensión.

 Animo a tod@s aquell@s que duden en si hacer o no el curso, a dar el paso. No os arrepentireis.

Mamen

Para prepararme para el examen buscaba algo más que una formación teórica, necesitaba empoderamiento, confianza, alguien que me guiara  y que me resolviera dudas y con Sara lo conseguí.

Gracias Sara por ayudarme con la preparación para IBCLC y lograr este sueño.

Lucía Varela, enfermera e IBCLC

Sara no es solo mi asesora, es mi amiga, mi compañera, y la persona que me animó hasta el infinito para presentarme al IBCLC!

Fue una gran profesora dando apoyo en los momentos de flaqueza, explicando los temas más importantes, ayudándome con las preguntas y resolviendo las dudas que me surgían… un placer! Me hizo el estudio muy fácil.

Y gracias a esto y mi trabajo, hoy soy IBCLC.

Natalia Clemente, médico de familia e IBCLC

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